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Música para los más mayores

En esta etapa de la vida, la música se convierte en un medio excepcional para la rehabilitación, estimulación y prevención de los efectos del envejecimiento, contribuyendo al bienestar integral de la persona.

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El objetivo principal de este programa es mantener y potenciar el nivel óptimo de funcionamiento físico-motriz, cognitivo y socioemocional de cada participante, atendiendo tanto a sus necesidades individuales como al valor del trabajo en grupo.

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Diversas investigaciones en neurociencia y musicoterapia —como las realizadas por el Max Planck Institute for Human Cognitive and Brain Sciences o la University of Helsinki— demuestran que la práctica musical estimula múltiples áreas cerebrales simultáneamente. Esto se traduce en mejoras en la memoria, la atención, la coordinación motora y la regulación emocional, además de favorecer la plasticidad neuronal y retrasar el deterioro cognitivo.

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La música tiene una profunda influencia sobre el estado de ánimo y la identidad personal. Nuestro cerebro asocia melodías con experiencias vividas, y al escucharlas, evocamos recuerdos, emociones y sensaciones de pertenencia. Por ello, actividades como la audición de canciones significativas, el canto de repertorio popular o el reaprendizaje de melodías olvidadas ayudan a reactivar la memoria autobiográfica y fortalecer la autoestima.

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Asimismo, el uso de instrumentos musicales estimula la coordinación y la atención, mientras que las actividades de expresión corporal con música promueven el movimiento, el equilibrio y el sentido rítmico interno. Todo ello contribuye a mantener una mente activa, una actitud positiva y un mayor bienestar emocional.

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En definitiva, la música no solo acompaña esta etapa vital, sino que actúa como una herramienta terapéutica y de conexión profunda con uno mismo y con los demás, mejorando la calidad de vida de manera natural y placentera.

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