Las clases de instrumento ofrecen a los alumnos la oportunidad de desarrollar su técnica, musicalidad y expresión personal a través del aprendizaje individualizado. Cada estudiante avanza a su propio ritmo, con un plan de estudio adaptado a su nivel, intereses y objetivos musicales.

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A lo largo del curso, los alumnos explorarán un amplio abanico de estilos musicales desde el soul y el jazz hasta el pop, el rock y otros géneros actuales.

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El trabajo en clase combina la interpretación de piezas conocidas con la búsqueda de una voz propia, animando a cada estudiante a desarrollar su estilo personal y su creatividad a través del instrumento.

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El aprendizaje se centra en fortalecer las bases musicales: la técnica, el oído, la lectura, la improvisación y la comprensión de la armonía. Estos elementos se integran de forma práctica en cada sesión, permitiendo que los alumnos ganen soltura, confianza y una conexión más profunda con la música que interpretan.

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Además, el programa ofrece oportunidades para participar en actividades complementarias, como talleres, ensayos conjuntos o presentaciones en directo. Estas experiencias fomentan el trabajo en equipo, el crecimiento artístico y la emoción de compartir la música con otros.